EXPLORA BAJO LA RIVIERA MAYA EN RIO SECRETO
A sólo cinco minutos al sur de Playa del Carmen se encuentra uno de los sistemas de cuevas más increíbles que jamás hayas visto. Río Secreto forma parte del famoso sistema de ríos subterráneos de la península de Yucatán, que recorre miles de kilómetros bajo la jungla en un laberinto de cuevas, túneles y cenotes tan extenso que tal vez nunca sea explorado por completo.
Río Secreto está tan escondido que no fue descubierto hasta 2006, cuando el dueño del terreno persiguió a una iguana hasta que se topó con una de las entradas a las cuevas acuáticas. En 2008, Río Secreto había sido parcialmente explorado y abierto al público para visitas únicas en la vida.
Cuando tuve la oportunidad de ir, debo admitir que me daba miedo ir bajo tierra. Visiones de pánico claustrofóbico invadieron mi cerebro durante el viaje a Río Secreto, pero la experiencia terminó siendo bastante diferente a la que había imaginado.
Después de una breve charla de seguridad en la taquilla, una camioneta nos llevó durante 15 minutos por caminos de tierra hacia la jungla. Empecé a pensar que sería una experiencia rústica debido a la ubicación aislada y tan alejada de la carretera, pero cuando llegamos a la zona principal de la excursión de Río Secreto, me sorprendieron los agradables baños, los casilleros, las palapas y los hermosos jardines tropicales. Después de una rápida ducha al aire libre para enjuagar cualquier loción o perfume que pudiera tener en mi piel (para proteger el entorno prístino de las cuevas), me puse un traje de neopreno, zapatos para el agua, un chaleco salvavidas y un casco mientras el guía le contaba a nuestro grupo todo sobre la historia de Río Secreto.
El río tiene varias entradas, por lo que los visitantes pueden elegir entre diferentes recorridos. Ninguno de ellos es particularmente difícil y solo el 10% del Río Secreto está abierto al público para realizar recorridos.
El recorrido que hicimos comenzó como una cueva con pequeñas pozas y un techo bajo, transformándose gradualmente en cavernas cada vez más grandes a medida que nos adentrábamos en el suelo. Después de media hora aprendiendo sobre todas las fascinantes formaciones de la cueva, nos topamos con una parte del río donde el agua era lo suficientemente profunda para nadar. El resto del recorrido lo pasamos nadando por cuevas del tamaño de una catedral y pasajes estrechos, todo tan hermoso y tranquilo que rápidamente dejé atrás todos mis miedos.
A lo largo del camino, vimos una variedad de formaciones de estalactitas, pequeños peces blancos, suelos de calcio, techos de coral fosilizado e incluso algunos murciélagos.
Cuando el recorrido terminó (demasiado rápido), caminamos de regreso por un sendero selvático hasta el área del jardín principal, donde nos recibieron con un hermoso almuerzo tipo buffet lleno de cocina tradicional yucateca. Si vas, ¡asegúrate de beber el agua de chaya y probar la salsa picante!
Costo de entrada: $69 USD para adultos, $35 USD para niños de 4 a 11 años ($99 USD con transporte)