
MITOLOGÍA MAYA: EL ÁRBOL CHECHENO
Los mayas de Cancún y la Riviera Maya hablan a menudo del infame árbol checheno, pero nunca se atreven a tocarlo. Hermoso a la vista, el checheno tiene un contraste de hojas oscuras y rizadas y una corteza blanca brillante con savia negra que sale de su tronco. Sin embargo, este árbol es más conocido por su veneno.
Los humanos pueden infectarse al tocar el árbol o sus hojas, lo que provoca una dolorosa erupción roja que a menudo burbujea. Los lugareños también me han dicho que las personas con piel especialmente sensible pueden incluso sufrir erupciones simplemente por permanecer bajo el árbol checheno durante demasiado tiempo.
La cura para la erupción cutánea chechena es la parte más fascinante del árbol: el checheno solo se puede curar con el árbol Chacah, que siempre crece cerca. El alto Chacah es fácil de reconocer por su corteza roja brillante, y su néctar es el único antídoto para la erupción cutánea chechena. El Chacah y el checheno siempre crecen a pocos metros uno del otro, y el pueblo maya de la Riviera Maya tiene una historia detrás de estos dos árboles locales.
Kinich, Tizuc y Nicte-Ha
La leyenda maya cuenta la historia de dos príncipes guerreros temibles y de gran fuerza, pero cada uno de los hermanos tenía una personalidad única. Tizic, el hermano mayor, era callado, odioso y colérico. El hermano menor, Kinich, tenía un corazón bondadoso y era querido por su pueblo. A pesar de sus personalidades en pugna, cada uno se enamoró de la misma bella mujer: Nicte-Ha.
Tizic y Kinich libraron una feroz batalla a muerte por el amor de Nicte-Ha, pero sus fuerzas eran tan iguales que, tras una larga lucha, murieron uno en los brazos del otro. Pidieron perdón a los dioses en el más allá y se les concedió la capacidad de regresar al mundo de los vivos para ver a Nicte-Ha por última vez. Tizic se convirtió en el venenoso árbol checheno, mientras que Kinich se transformó en el rojo árbol Chacah. Nicte-Ha, que murió de pena, recibió vida como una simple flor blanca.
La próxima vez que camines por las selvas de la Riviera Maya, busca el árbol blanco Chechen y el árbol rojo Chacah, que siempre crecen cerca, y recuerda la leyenda maya de Kinich y Tizuc.