Explorando Yucatán con Alltournative: ruinas mayas y rappel en cenote
Nuestro van pasó por el pueblito de Temozón, y supe que estábamos a punto de llegar. Me asomé por la ventana para ver la antigua catedral, miré a mi puesto favorito para tacos deseando que pudieramos pararnos ahí para desayunar, y admiré las hermosas sillas en las banquetas de las famosas tiendas de carpintería a la salida del pueblo.
Diez minutos después, ya habíamos entrado a la selva y llegamos a nuestro destino: el sitio arqueológico maya de Ek Balam.
Yo no había visitado este lugar desde 2010, cuando tenía mucho miedo y no pude escalar más de la mitad del pirámide principal conocido como el Acrópolis. Pero esta vez, había un grupo de amigos a mi lado para motivarme durante el ascenso, y esperaba no quedarme atrás. Pero antes, nos movimos entre las ruinas de los muros exteriores de esta antigua ciudad mientras nuestro guía, Gustavo, nos explicó cómo construyeron estos edificios tan bien preservados ya hace muchos siglos.
Mientras pasamos por la cancha del juego de pelota maya, no pude evitar darme cuenta qué tan pequeña era esta cancha en comparación con la cancha en Chichén Itzá, y me pregunté si estas dos civilizaciones existían en el mismo tiempo, ¿y si alguna vez llegaron a competir la una contra la otra?
Después de pasar por en medio de la cancha, llegamos al Acrópolis y comenzamos nuestro ascenso, deteniéndonos por ratos para admirar los murales y estatuas que han logrado sobrevivir en muy buen estado durante tantos siglos. Para lograr subir hasta la cima de cualquier pirámide, hay una regla muy sencilla: ¡no mires para abajo! Y así fue que todo nuestro grupo logró alcanzar la cima, desde la cual pudimos ver el resto de la ciudad de Ek Balam y las copas de los árboles de la selva por muchos kilómetros alrededor.
Bajamos muy despacio por las escaleras y regresamos al van para un viaje de 30 minutos por la selva y los pueblos de Yucatán para llegar a Cenote Maya, un cenote realmente impresionante de Alltournative, también con su propia huerta orgánica.
Nuestra primera parada fue la huerta orgánica, donde hicimos un mini recorrido para conocer más acerca de cuáles plantas crecen mejor en el terreno rocoso de la Península de Yucatán. Fue una experiencia realmente maravillosa ver tantas frutas y tantos vegetales creciendo en su forma natural antes de ser cortados y llegar a los puestos de los mercados. Durante el recorrido, también aprendimos que la empresa Alltournative trabaja directamente con las comunidades mayas desde hace más de una década, ofreciendo oportunidades de empleo en diferentes áreas de sus operaciones, tales como los cenotes, la huerta, etc. Hoy en día, mucha gente maya tiene que dejar sus comunidades para buscar trabajo en ciudades como Cancún o Playa del Carmen, pero Alltournative les permite ganarse la vida sin dejar sus pueblos.
Al entrar a la selva, un chamán maya recibió a nuestro grupo para una ceremonia de purificación a través de una oración y una limpia con humo de copal. Una vez que quedamos espiritualmente purificados, llegó la hora de purificar nuestros cuerpos: ya en nuestros trajes de baño, nos bañamos con regaderas al aire libre para quitar los químicos, bloqueadores y lociones de nuestra piel antes de entrar a las aguas puras del Cenote Maya.
Pero yo no estaba preparada para una cosa: nuestros guías nos informaron que nos tocaba hacer rappel desde una altura de 22 metros para entrar a la caverna del cenote. Con muchos nervios, todos caminamos hacia la plataforma y nos pusimos el equipo adecuado. Después, dos por dos, confiamos en la fuerza de las sogas para descender hacia el abismo. Pasando por la entrada en el techo, desde la bóveda de la caverna me di cuenta de la verdadera inmensidad del lugar; jamás había visto un cenote de este tamaño, y ahora lo estaba viendo desde arriba. Una vez que llegué a la superficie del agua, la temperatura fresca fue un alivio inmediatio después de tanto calor en la selva, y nuestro grupo pasó la próxima media hora cayéndose de la tirolesa, saltando desde la plataforma de tres metros (nadie se atrevió a saltar desde la plataforma de seis metros), o simplemente relajarse en el agua cristalina.
Cuando por fin salimos del cenote, los bartenders nos recibieron con unas deliciosas "Mayaritas", un coctel muy refrescante después de un día de aventura. Me tomé dos Mayaritas antes de ponerme ropa seca y dirigirme hacia el buffet, donde nos esperaba una comida de cocina yucateca y otras sorpresas. (Un tip: Cuando te dicen que la salsa no pica, no les creas.)
Nuestro grupo tomó su tiempo disfrutando el buffet, cada quien contando sus experiencias del día, antes de ir al van para regresar a Playa del Carmen, tomando una siesta todo el camino.
Para reservar este tour a Ek Balam y Cenote Maya, o para ver la extensa lista completa de tours que ofrece Alltournative, visita www.Alltournative.com.mx